La Persona de Santo Domingo
Respecto a la persona de Santo Domingo, aunque cronológicamente lejano, es posible conocer los rasgos de su fisonomía espiritual, gracias a las abundantes fuentes dominicanas. Estas se encuentran en algunas biografías, en testimonios contenidos en los procesos de canonización y en el hermoso escrito de su primer sucesor como Maestro de la Orden, el beato Jordán de Sajonia. Este último es particularmente útil para conocer la personalidad de Domingo de Guzmán.
Una frase del “Libellus de principiis Ordinis Praedicatorum” describe una rara facilidad al fundador de la Orden, la que no resiste de transcribirla con mucho placer: “Domingo acogía a todos los hombres en el amplio pecho de su caridad… Nadie más que él gozaba en la compañía de sus hermanos durante el día, ni nadie era más ardiente que él en velar en la oración, ni en suplicar a Dios de muchas maneras… Distribuía el día en provecho del prójimo y la noche la dedicaba a Dios”.
De estas dimensiones emergen los rasgos esenciales de la persona de domingo. De ellos trataremos de decir en la forma más breve posible lo siguiente:
Fue un hombre de infinito amor y compasión hacia los otros; capaz de sentir y de vibrar hasta el extremo a la vista de los sufrimientos y alegrías del prójimo; era capaz también de gestos muy concretos para acudir en ayuda del prójimo.
Fue un religioso de espíritu misionero, fascinado por el deseo de consagrar su vida a la evangelización de los pueblos paganos y no civilizados del norte de Europa. Este fue su primer impulso como joven canónigo de Osma y el último ardiente deseo de su vida de fundador, poco antes de morir.
Fue un valiente predicador, deseoso de iluminar y convertir a los herejes valdenses, albigenses, cátaros, que encontró en su viaje misionero por el Mediodía de Francia. Fue, como llamó el mismo beato Jordán, un “vir envangelicus”, un varón evangélico, decidido, igual que su contemporáneo Francisco de asís, a hacer de las bienaventuranzas evangélicas, de los consejos y normas, en su pureza y radicalidad, la orientación de su vida.